“Desde chica tuve una infancia muy vinculada a la naturaleza”, cuenta Carla Jorquera (22) para explicar su interés por el cuidado del medioambiente, y agrega que cuando ingresó a la Escuela de Periodismo de FCEI en 2020, en plena pandemia, quería encontrar un espacio que le recordara a su casa, ubicada en Peñaflor. Por eso se sumó a la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SECMA) de la FECh, aunque fuera de manera online.
Durante dos años, ella y otros compañeros trabajaron a distancia, sumándose a campañas externas y discutiendo temas como el TPP 11 o el Acuerdo de Escazú. “Tratábamos de hacer difusión, campañas de educación, mediante Instagram. Teníamos actividades por zoom, pero era una participación escasa, porque al final es super difícil llegar a alguien solo virtualmente”, explica.
En 2023 finalmente lograron consolidarse como equipo y establecer nuevos desafíos para promover el cuidado del ecosistema al interior de la Universidad. “Volviendo a la presencialidad nos dimos cuenta de que los estudiantes están súper lejos de muchas cosas. Una de ellas es que no conocen lo que existe en la Universidad respecto a la sustentabilidad. Con esto me refiero a que hay una Política de Sustentabilidad, que ahora hay un Plan de Sustentabilidad, que hay facultades que están comprometidas con ciertos acuerdos a nivel nacional. Nos dimos cuenta que el área de sustentabilidad si bien a nivel institucional avanzaba, a nivel estudiantil, se desconoce totalmente”, afirma.
Con este diagnóstico surgió la idea de hacer “una gira” para acercar este tema a los estudiantes y conocer qué estaba pasando en los distintos campus. Allí se dieron cuenta que faltaba coordinación y comunicación, incluso entre iniciativas que conviven en una misma facultad.
“Por ejemplo, en Antumapu tienen una organización, no sé, qué está encargada de hablar de seguridad alimentaria y hay otra organización que tiene que ver con el mundo no especista, que tiene que ver con los animales, y entre esas organizaciones nunca han conversado. Y eso pasa en todos los campus. Uno de los roles de las secretarías es juntar esas instancias. Entonces nos sentimos aludidos en esa responsabilidad”, señala.
Evaluación y nuevos proyectos
Durante las dos primeras semanas de noviembre la SECMA terminará su recorrido por todos los campus de la Universidad y tras eso, elaborarán un plan de trabajo para 2024 que incluirá aspectos de coordinación externa, campañas educativas y un evento de bienvenida a los mechones.
Otra de las tareas será analizar cómo trabajar con las políticas implementadas por la Universidad de Chile durante los últimos años, que incluyen un compromiso con el medio ambiente desde la investigación y la docencia. En ese aspecto Carla plantea que “el gran problema de todos los planes, de las políticas, es que al final no obligan a actuar. Si bien valoramos mucho su contenido, el choque que siempre hemos visto es que a veces sentimos que las facultades no han tenido la voluntad de implementarlas. Entonces los evaluamos bien, pero creemos que la ejecución de los planes a nivel de facultades no ha sido buena”, sostiene.
En materia de necesidad internas, la estudiante afirma que es necesario impulsar de manera urgente que los profesionales de la Universidad, en todas las carreras, tengan conocimientos en sustentabilidad. “Somos una generación que va a tener que adaptar sus profesiones a la crisis climática. Todas las generaciones que salgamos de aquí a 10 años nos vamos a enfrentar a esos desafíos en nuestros trabajos”, dice.
“Las instituciones son super burocráticas, pero la crisis climática no lo es. Avanza cada vez más rápido”, agrega.
Para ella a adaptación de la Universidad debe ser vista como una oportunidad para potenciar aspectos de gestión y recursos. “No necesariamente estamos hablando de más plata sino que estamos hablando de que ese recurso sea mejor utilizado y que esté en las condiciones para ocuparse de una forma más eficiente. Aquí hay una oportunidad de mejorar muchas cosas. Sustentabilidad no es solo cuidar plantas, sino que un funcionamiento que tiene que ser diferente y que sería mucho más provechoso para la Universidad”, concluye.